No temas el final, todas las cosas lo tienen.

No temas el final, todas las cosas lo tienen; y nosotros no vamos a ser una excepción, ya lo hemos sido para demasiadas cosas.

No persigas culpables, no crees escusas, no fue culpa tuya. También sabes que no puedo decirte que fue mía. Estábamos condenados desde un principio, tú eras una firme y bella escultura de hielo de museo y yo una oscilante hoguera de historias por contar. Éramos inestables, incompatibles y jodidamente perfectos.

No te preguntes si fue un error, porque lo fue. Pero fue uno de esos que merecen la pena cometer y sobre todo recordar. No sonrías si lo que deseas es llorar, pero permite que alguien te seque las lágrimas. No te sumerjas en un eterno otoño por mi culpa, pero tampoco huyas de él, sé que, con el tiempo, alguien te encontrará un soleado día de mayo y tendrá la valentía de preferir tu sonrisa a cualquier cosa de este mundo.

No creas que fuiste una página más en el libro que es mi vida, porque tú fuiste durante mucho tiempo el único motivo para seguir escribiendo. Y cuando las paginas se tornaron oscuras y difíciles de leer, siempre encontré a tu lado consuelo. Me has curado muchas más veces de las que me has herido, y siento que nunca te compens(é) por ello.

Sobre todo, no me olvides. Ahora todo lo que fuimos y todo lo que ignorábamos que podíamos ser es un recuerdo. Y de cada uno de nosotros depende cuidarlo con cuidado, para que no se manche de despecho u odio, para que el «ojalá» no lo vuelva realidad, para que el tiempo no le robe el color. Así cuando el mundo te hable de mí, podrás sonreír como sonreías al oír esa canción que tanto te gustaba y tanta vergüenza te daba cantar. Nunca fuiste buena disimulando.

Por mi parte, no te olvidare. Seguiré haciendo lo de siempre, crear historias y contarlas. Pero hoy, es la tuya, la que brilla sobre todas las demás, y puede que algún día, en un futuro, sea la mejor historia que pueda contar.

Tal vez en otro momento, en otra vida esta carta sería un anillo, pero el destino me obligado a despedirme. A despedirme, pero no a olvidarte.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s