Primero el contexto, que a mi entender es importante, y si no lo es, cuanto menos es digno de relatar. Son las 5:30 de la mañana, estoy sentado en el suelo del balcón con el portátil en las rodillas y un gato que no para de corretear de esquina a esquina. Aunque sea redundante diré que tengo una taza de café, y es redundante porque no hay nadie que pretenda escribir de verdad sin beber una. Hay música, es la banda sonora de mi videojuego favorito que me pase ya hace años, Tales of Symphonie. Ahora las explicaciones; la hora porque no duermo bien, paso mucho tiempo entre hospitales y bibliotecas y el lugar, tengo calor.
Bueno, pues es uno de esos momentos en los que las musas se dignan a dar una buena idea, cuando esbozan cuadros que superan la realidad, inspiran poesías narradas desde el corazón e inventos que cambiaran tus costumbres, a mí, por desgracia me hablan de filosofía. Y esta vez fue sobre los ejemplos, el daño que estaban haciendo. Y bueno, no hay que ser un lince para ver que mires por donde mires tienes antihéroes vestidos entre mesas y sucursales, entre leones y papeletas o dándolo todo en las discotecas. Si os soy sincero me gustan más los villanos de ciencia ficción, prefiero un Joker a mil de los antes citados. ¿Qué tendrán los personajes de ficción para tenerlos como ejemplo? No lo sé, pero si podría citar alguno que a mí me han dejado un pequeño «yo quiero ser como el». Rick Blaine y su mítico «Siempre nos quedara parís»,John Keating, Gordon Gekko, Gandalf, entre cientos, podría verme el amanecer citando nombres y nombres pero no es mi objetivo, que no es otro que hacer tiempo hasta que amanezca. Como iba diciendo la gente no cambia porque que si, si no porque toma a alguien como ejemplo. A todo el mundo que ha llegado a famoso, importante o bueno en algo si le preguntas te dirá: » Mi motivación fue… » o «Siempre fue el ejemplo de… » o «Mi maestro fue… «. Os imaginéis a un grandísimo periodista en medio de una entrevista decir algo como «… bueno yo le debo todo al manual de redacción que estudie en 2 de carrera… «.
Pero ¿Qué ocurre cuando nosotros somos el ejemplo?, y lejos de ser un acto de banalidad, tarde o temprano ocurre, tienes un hijo y eres su referente en todo, o simplemente eres monitor de campamento y un chaval te toma como ejemplo, para bien o para mal. En ese momento te preguntas si tú te tendrías como ejemplo. Es difícil ser el héroe de alguien, sientes un miedo a defraudar enorme -Que muchas veces lleva a no ser tu- y el saberlo llevar con humildad.
Y ahora mientras los primeros rayos de sol me ciegan os hablaré de mi ejemplo. Es extraño que hable en singular porque todos tenemos más de un referente en la vida, pero hay que saber priorizar. Esa persona es mi abuelo, y aunque lejos de morirse sigue dando guerra, pero ya no puede cuidar de la familia como hacia, ni pasar las tardes enteras divagando sobre filosofía, ciencia o política, aun así habrá sido, es y será un gran ejemplo.