Al empezar el año siempre nos ponemos propósitos espectaculares y objetivos casi inalcanzables con el único fin de demostrarnos y demostrar al mundo que no somos el vago y fracasado del año anterior, pero la verdad es que este noble objetivo dura apenas 48 horas. Llegamos un año más al conformismo del “que más da”, ese lugar cómodo y calentito desde el cual podemos ver como los demás trabajan consiguiendo sus sueños. Pero no se puede conseguir ningún sueño desde un sofá, porque lo primero que te tienes que preguntar es que quieres hacer realmente, porque a lo mejor por ese propósito, no estamos dispuestos a dar el 100% y puede ser que ese sea el motivo por el que no lo cumplamos. Y esto se puede trasladar del mítico objetivo de ir al gimnasio o aprender inglés hasta sacar la carrera o conseguir tu sueño.
Pero la sociedad actual nos ha engañado, gracias a esos trascursos de meses en solo segundos de las películas, en los que el protagonista a conseguido su objetivo sin apenas esfuerzo: en pocos meses ha pasado de ser el torpe y fracasado en la persona más exitosa de la ciudad, el feo en el guapera que liga con la chica más guapa o el débil que consigue, después de muchos supuestos meses entrenando, en el jugador clave de la final de la liga. Nos has hecho creer que si algo no lo consigues rápido, ya no lo vas a conseguir. Y no es así, porque el éxito, y sobre todo en las cosas importantes, requiere paciencia, horas y horas de dedicación. Y el mayor obstáculo, es el ser realista, ya sea por iniciativa propia o por consejo de un prelucido amigo/familiar/profesor. Pero ¿Quién quiere ser realista? Y es que nadie que ha conseguido lograr sus sueños ha sido realista, porque no lo fue Mark Zuckerberg al crear Fecebook, ni fueron realistas los libros de Julio Verne cuando se escribieron y ahora son una realidad cotidiana. En el momento en que somos realistas abrimos la puerta a la posibilidad de no conseguir nuestro objetivo, nos inundamos de ese conformismo, en definitiva nos rendimos ante el mundo.
Pero sea cual sea tu objetivo se puede conseguir, lo que te tienes que plantear es: ¿Cuánto tiempo y esfuerzo estoy dispuesto a invertir? Porque algo que tienes que tener en cuenta es que siempre va haber alguien intentando destacar en lo mismo que tú y que siempre va haber alaguen luchando mientras descansas. Y podemos pensar que para lo que quiero necesito algún tipo de talento, mentira se necesita habilidad y tiempo. Es muy normal confundir talento con habilidad pero no es lo mismo, el talento naces con él, la habilidad la ganas con esfuerzo. Pero una cosa esta clara, la habilidad gana al talento cuando este no se está esforzando. Ya lo dijo algún sabio que el éxito es 99% transpiración y 1% inspiración. Pero tampoco podemos olvidar ese 1%, porque puede ser crucial, y es aquello que nos va a diferenciar del resto y puede ser la clave que nos ayude a conseguirlo. El único motivo de que se valore tanto las ideas es porque son de las pocas que no se pueden crear en masa, y son las que mueven a las personas para conseguir sus metas.
Así que lucha por lo que quieras hacer, porque por muchos que te hayan dicho que no es posible, que pierdes el tiempo y que no eres realista, no tiene razón. Y yo pienso que le da valor añadido al éxito, y es demostrar que estaban equivocados.