El otro día, después de una buena conversación con un amigo, quise rescatar de un polvorienta caja de madera, un amasijo de folios que contenían poesías, casi todas ellas escritas en las largas horas de historia y literatura de mi querido bachillerato. Encontré trozos de papel con rimas que ya no recodaba, y largas declaraciones en boca de un amigo para su susodicha. Una que me llamo mucho la atención fue esta:
«Los antiguos, ya viejos poetas,
hablaban de cuentos, de cartas,
de versos, ingenios y pautas,
sobre una mujer perfecta.
Ahora no existe el detalle,
es más, sera muy afortunado quien lo halle,
ahora lo romántico es un emoticon,
con suerte, rojo y con forma de corazón,
el amor ocurre en frías calles,
no en ríos, pradera o valles,
ni opera, ni bombones, ni flores,
solo se regalan cajas de condones.
Tan solo el cuerpo, por musa,
la marca es quien te usa,
solo lo físico por perfección,
y lo bello es la inanición.
Y el amor casi acabado,
el «te quiero», infravalorado,
y quedando solo la opción,
de una triste resignación.»
Y es que aunque no sepa cuando, ni por que tuve la idea de escribir esto, sigo pensándolo años después. Esta claro que el conocer a un chica ya no pasa por visitas nocturnas a su ventana, largas poesías y la difícil aprobación de su padre, y menos mal. Las cosas se han vuelto mas ágiles, tal vez demasiado ágiles. Hasta tal punto que pienso no disfrutamos los momentos. Y no solo nos pasa a la hora de ligar, nos pasa a la hora de hacer cualquier cosa. Nos ocurre que valoramos mucho mas el colgarnos la medallita que en disfrutar de conseguirla. Muchas veces, cando un compañero o amigo dice que se ha liado con tal o con cual otra, yo creo que con lo realmente disfruta es de lucir y sacara brillo a su medallita, mas que de haber estado con esa chica. Muchas veces lo que realmente vale es camino y no el destino, mucha gente recomienda hacer el camino de Santiago, y no por ver la ciudad, si no por andar. Y vale que hay que tener siempre claro cual es el objetivo, pero si no valoramos, si no disfrutamos el camino, y da la mal suerte que no lo conseguimos, no podremos decir esa tan castellana frase: «que nos quiten lo bailao», ya que lo único que preocupara es que no podremos lucir nuestra tan querida medallita en nuestro muro de facebook o en un tweeter.
Tequila, sal y palabras 