Todo eso se fue, pero aún hay ilusión hay mundos nuevos que ver, lugares que visitar, ser viajero y no turista, dejar un amigo en cada aeropuerto y la promesa de volver, ser como el cuadro «el caminante sobre el mar de nubes«. Porque aún se pueden solucionar problemas amorosos deshojando margaritas, ver más belleza en una sonrisas que en todas las curvas del mundo, aún se puede cambiar una buena conversación bajo un árbol por un tarde en un mugriento sofá, aún se puede llenar los pulmones de brisa marina en un verde acantilado, disfrutar de una hoguera una noche estrellada de verano. Porque aunque el mundo haya impuesto sus reglas, se puede seguir queriendo comerse el mundo aunque todos los jóvenes solo piensan en beberlo, se puede llegar a ser alguien sin dejar enemigos a tu paso, que te sepa más rico una hamburguesa que un plato de cien euros, que no importa de dónde sea quien tuvo la idea. Aún hay esperanzas de levantarse un domingo frío de invierno y que haya tortitas, recibir un beso debajo del muérdago. Porque por mucho que nos digan; las flores y los versos funcionan, siempre quedará París, siempre habrá un país que visitar, siempre la música dirá algo, siempre ese buen momento de una fría cerveza por un amigo, siempre se podrá confiar en la gente. Y por mucho que nos hagan creer que soñar es de fracasados y rezar de es de esclavos, que tener ideas es perder el tiempo y querer cambiar las cosas sea de locos, no es así, que la ilusión se haya perdido no significa que no se pueda encontrar.
Se ha perdido la magia:
Es muy nornal que tarde o temprano, un tercero, diga sobre tal o tal otra pareja que han perdido la magia. Que han perdido la ilusión. Y es que en la sociedad actual sólo tienen ilusión los niños. Y yo me pregunto dónde quedaron las noches en vela, dando vueltas en la cama hasta deshacerla, porque esa noche venían unos tipos a camello, o donde está la energía para defender tu castillo del perverso enemigo que subía por el tobogán, porque ya no es el mejor arma una gran bola de nieve o porque ya no se usan los brazos como el sistema más aerodinámico para volar. Donde guardamos la esperanza de ser el mejor entrenador, rescatar a la bella princesa o salvar al maltratado mundo, cuando vosotras perdisteis la esperanza de besar un sapo y que fuera un príncipe azul o ir a lujosos bailes en grandes palacios, vestidas de princesa. Quien cambio «el todos para y uno para todos» por el más absoluto egoísmo, el «por mí por todos mis compañeros» por la ley del más fuerte. La ilusión de recibir tu primer pokemon o la carta de admisión a Howarts. La confianza de que dando un fuerte grito a mamá todo estaba solucionado. Donde está la dura indecisión de charmander o squirtel o no saber porque te quitan la nariz.
Tío, escribe una novela, yo la compraba sin dudarlo